Se trata de un reptil de la familia gekknonidae, que fue descubierto en 1854, y debido a su gran facilidad de mantenimiento y reproducción en cautividad se viene utilizando como mascota en los últimos tiempos.
En cuanto a su descripción, nos encontramos ante un gecko de hábitos más bien nocturnos, permaneciendo escondido a lo largo del día en una cueva húmeda o algo similar. Es comúnmente conocido como gecko leopardo,
debido a que el patrón de su piel recuerda al de este animal, aunque existe una inmensa cantidad de variedades cromáticas.
Puede alcanzar un tamaño aproximado de entre 18 y 24 cm, presentando un cuerpo más o menos robusto, que se estrecha en el inicio de la cola, para después volver a engrosarse, debido a que en ésta se encuentra una reserva de grasa y demás nutrientes, que son empleados en épocas de escasez. La cola tiene la capacidad de auto seccionarse en caso de peligro, y una vez desprendida sigue dando espasmódicos movimientos, con lo que el atacante dirige su ataque a la cola, pudiendo el gecko emprender una huida segura; con el tiempo la cola vuelve a regenerarse, aunque adquiere unos tonos pálidos, teniendo poco que ver con la original. El grosor de la cola resulta un práctico indicador del estado de salud de nuestro gecko.
Posee unos parpados móviles y completos, a diferencia de otros muchos geckos, lo que permite la correcta lubricación de los ojos. Unas extremidades fuertes y adaptadas a la vida terrestre, que terminan en 5 dedos en forma de garra, y carecen de almohadillas adhesivas, impidiendo que puedan trepar por superficies lisas. Su piel es tersa, salpicada irregularmente de escamas tuberculares o pequeños granitos.
En lo que a su comportamiento se refiere, como hemos dicho anteriormente se trata de un animal nocturno, sin embargo, puede presentar cierta actividad durante el día. El gecko es un animal gregario, que en el medio natural vive formando colonias, con lo que si las dimensiones del terrario lo permiten, podemos tener varios ejemplares. También resulta una buena mascota debido a su gran docilidad, el gecko leopardo es un reptil que puede ser manipulado sin ningún tipo de problemas (mordiscos, carreras inesperadas...).
En cuanto a su alimentación, es estrictamente insectívoro, y puede ser alimentado con grillos, tenebrios, cucarachas u otro tipo de pequeño insecto, siempre que estén vivos, ya que lo que llamará su atención será el movimiento de éstos. No hay que olvidar que la mayoría de los reptiles que tenemos en casa precisan de una dosis extra de Calcio y Vitaminas, que pueden ser fácilmente adquiridas en cualquier tienda especializada. Añadiremos esta aportación alimentaria empapando alguno de los insectos que nuestro gecko vaya a ingerir. Respecto a la dosis, suministraremos alrededor de 3 ó 4 grillos pequeños (u otro insecto) diarios a un ejemplar de corta edad, dejando libre un día a la semana. Los ejemplares adultos precisan de una mayor cantidad de alimento, con lo que los grillos en este caso serán de mayor tamaño, y podremos variar el número de éstos que comerá nuestro gecko (Unos días 3, otros 5, otros 2...).
Respecto al terrario, es necesario que éste sea amplio, sin embargo, no tiene porqué ser alto, debido a que no tiene la capacidad de trepar. Con un terrario de 60x60x40 cm será suficiente. Estos animales no son muy exigentes con el sustrato, pero cabe mencionar que es mejor no utilizar arena, ya que puede ser ingerida por el gecko y dañar su tracto intestinal. En mi opinión, la fibra de coco o la turba dan muy buen resultado, aunque como curiosidad, el color de los geckos será más brillante e intenso si están sobre sustratos claros. Debemos añadir un bebedero plano, una cueva húmeda donde pueda ocultarse, y algún tronco o pequeña planta si deseamos. La temperatura debe oscilar entre unos 26º por el día y 21º por la noche, además, colocaremos una zona más cálida, entorno a 32º para que el gecko pueda realizar bien la digestión (Podemos poner en esta zona un sustrato con menor grosor) personalmente he optado por colocar una manta térmica, y, mediante un temporizador programarla a intervalos por la noche, y fija por el día. Debemos tener en cuenta que estas temperaturas son medidas en el suelo, no nos interesa la temperatura ambiente, ya que no son geckos arboricolas. La humedad la conseguiremos pulverizando el terrario, y debe estar entre un 30% y un 40%, sin olvidar que son animales desérticos, y el exceso de humedad puede ser perjudicial.
Dimorfismo sexual: Se puede distinguir el sexo de estos animales observando que los machos presentan poros preanales o hemipenes, y las hembras carecen de ello.
Personalmente, cuidar de el Gecko leopardo desde que lo tengo ha sido una experiencia fascinante, que recomiendo a todas los amantes de los animales.
Aquí podéis encontrar más información acerca de este reptil y sus variedades cromáticas.
asombroso!
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