viernes, 9 de marzo de 2012

Dumbo, un timo de nuestra infancia.

Hoy estaba yo pensando en mis cosas, en si de verdad existen los átomos, en cómo saben que el Universo es infinito y no es una taquilla oscura y cerrada de algún instituto cursi de los barrios más refinados de cualquier mundo de extraterrestres hiperdesarrollados que no necesitan ni comer, a lo Men in Black, digo. Y de repente me pregunté si los elefantes podrían saltar con todo ese peso, no los he visto nunca pegar un brinco con las patas al aire, ni impulsarse sin moverse del mismo lugar donde están ni un ápice, ni nada, oye, ni a los rinocerontes, ni hipopótamos.

Esos animales pesan demasiado como para saltar. Los elefantes cuentan con un sistema de amortiguación en las rodillas, es como un almohadón de grasa que al pisar se expande y va amortiguando poco a poco el impacto de cada paso que dan, el elefante africano macho puede llegar a pesar 7.500 kg (el elefante que más ha pesado ha sido de unos 12.000 kg), que se dice pronto, así que normal que se adapten a tales pesos (¿Que Dumbo qué?).

Además los elefantes son los únicos que tienen cuatro rodillas. Al contrario de las pulgas que saltan 200 veces su altura, imagínatelas por un minuto, no, mejor, imagina que tú saltaras 200 veces tu altura, ¿donde llegarías? Lejos, el Empire State lo saltabas de un brinco, seguro. Pero lo que más me llamó la atención es que el perezoso TAMPOCO SALTA, es vago hasta para eso, camina lento, ya los hemos visto, pero es que va a dos metros por minuto, ¡qué paciencia! Sí pero va a correr por el agua o algo como nuestro amigo el basilisco

Quizás unas mentes inquietas sí que se lo han preguntado alguna vez, a otras no les interesará, pero bueno, algún día cuando estéis de botellón, tomándoos un café con algún amigo o fumando porros, pues tenéis algo que contar.

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